jueves, 16 de mayo de 2013

LOS MALVADOS NUNCA PREVALECERÁN CONTRA LA IGLESIA (Lucas 20: 9-18) Esta es una parábola que se ubica entre dos contextos, uno es acerca de la autoridad de Jesús y el otro es la venganza de los fariseos y escribas contra él, por haber dicho esta parábola, que consideran que es sobre ellos. En el desarrollo del relato encontramos símbolos que deben ser descifrados para poder entender esta parábola. En ella encontramos los siguientes símbolos: a) La viña: representa a Israel. b) Los labradores: son los gobernantes, los fariseos y escribas de Israel. c) Los mensajeros: Los profetas que fueron despreciados, perseguidos y muertos. d) El hijo: Es Jesús mismo. d) El castigo: Lo que le sucederá a Israel. La parábola tiene como enseñanza indicar cuál es la condición de las personas cuando se le encarga una tarea o misión en la Viña del Señor. De ahí que podemos señalar tres de ellas: 1. Nos habla del privilegio inmerecido.- Los labradores no hicieron ningún esfuerzo humano para establecer la viña, les fue dada. Sólo entraron en posesión de ella a solicitud del dueño, alquilándoles por algún tiempo. Con la confianza del caso, el dueño se fue por un buen tiempo, esperando que la viña dé buenos frutos a su tiempo, después de un arduo trabajo. De esa misma manera, hoy en día Jesús nos ha encargado Su Iglesia para apacentarla y cuidarla. Se espera el crecimiento y desarrollo de la misma a través de la práctica del discipulado. Somos responsables de su cuidado y desarrollo. 2. Nos habla del pecado humano.- La maldad de los labradores que muestran con los enviados del señor de la viña, manifiesta la condición de pecado en que se encontraban. Pretendían apropiarse de la viña y no darle al dueño lo que le correspondía y lo más grave aún, mataron a su hijo, que era el heredero. Se creyeron dueños para siempre de la viña. Así también, algunos pastores y líderes de la Iglesia se creen dueños absolutos de la Iglesia del Señor y echan afuera a los santos del Señor, no importándoles si el Señor viene pronto para rendir juicio sobre ellos. Cuántos casos hay de pastores y líderes que se quedan con las propiedades, con el dinero, con los títulos de propiedad y con la grey. Hoy el pecado consiste en no darle al Señor el lugar que le corresponde en la vida. Creemos que somos dueños eternos de la vida y del mundo. 3. Nos habla de la responsabilidad humana.- Durante el tiempo de ausencia del dueño de la viña, los labradores tenían la responsabilidad de cuidarla y hacer que dé frutos en abundancia. También podían hacer otras muchas cosas en ese tiempo libre, había tiempo para nuevas experiencias en el sembrío. Pero cuando llegó el tiempo de rendir cuenta de sus trabajos, no quisieron hacerlo, se llenaron de soberbia y no quisieron entregar los frutos. Esta actitud nos recuerda que Dios nos encarga una serie de tareas a realizar en la Iglesia y tarde o temprano seremos llamados a rendir cuentas de lo que se nos ha encargado. ¡Cuántas promesas cuando asumimos un cargo o responsabilidad! También esta parábola nos habla de dos actitudes de Dios, a saber: a) Nos habla de la paciencia de Dios.- Como se ve, el dueño no castigó a los malvados en la primera ocasión, sino que les dio otra oportunidad. Aún así, ellos no querían comprender del inmenso amor que él les tenía, al darles oportunidades más. Pensaron que nunca más vendría y que no haría ningún juicio y decidieron matar a su hijo. Esta parábola nos enseña que Dios en su infinita misericordia nos sigue dando nuevas oportunidades para hacer lo que nos corresponde, al punto que nos aguarda en el camino. Debemos recordar que Dios a pesar de su paciencia, no ha abdicado a su juicio. Él nos va a pedir cuentas de nuestros actos. b) Nos habla del juicio de Dios.- Los labradores malvados pensaron que que podían abusar de la paciencia de su amo. Creyeron que podían burlarse de su amo. Los malvados siempre creen que Dios no ha de venir a hacer su juicio y hacen lo que ellos quieren, piensan que pueden salirse con las suyas. No consideraron del castigo de su amo. Lo perdieron todo. Perdieron la oportunidad de salvarse. Debemos tener en cuenta que Dios antes de aplicar su juicio nos da oportunidades, no nos echa de su presencia a pesar de nuestras rebeliones. Pero si rechazamos esa oportunidad Él nos hará su juicio. Hoy esta parábola tiene las mismas enseñanzas para nuestras vidas. El Señor nos ha dado Su Iglesia para pertenecer a ella y también nos ha dado una Misión. Somos nosotros los labradores de esta Viña del Señor. ¿Qué estamos haciendo por ella? ¿Cómo estamos manejando nuestras vidas y los asuntos de la Iglesia? ¿Nos creemos dueños eternos de la Viña del Señor y hacer lo que nos da la gana? ¿Cómo daremos cuenta al Señor de la Iglesia si el viniera a pedirnos cuentas? ¿Hemos actuado como los labradores malvados de la parábola? Si es así, hay una oportunidad de cambiar, Él te llama por tu nombre. ¡Ven a Él y te perdonará! ¡Que el Señor te bendiga! Padre Santo, perdona si muchas veces actuamos como labradores malvados en tu Viña. Ayúdanos a cuidar de Tu rebaño y no permitir que labradores malvados se apoderen de tu Grey. Amén.

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